LETRAS DE CINE. OBITUARIO: JACQUES PERRIN, POR JOSÉ ANTONIO CAYUELAS GRAU

Alejandra Hernandez/ abril 22, 2022/ Arte, Cine, Rafal/ 1 comentarios

Jacques Perrin. Escena de Cinema Paradiso. Foto: José Antonio Cayuelas Grau

 

OBITUARIO: JACQUES PERRIN

En mis estancias cinematográficas en Valladolid tuve la ocasión de asistir al estreno de “Cinema Paradiso” y hoy me entero de que el pasado jueves, precisamente Jueves Santo, falleció Jacques Perrin.

Dicho así, tal vez más de uno exclame “¿y quién es ese?”. Pero si les comento que Jacques Perrin encarnó en la pantalla grande al adulto Salvatore Di Vita de la celebrada película “Cinema Paradiso” (Giusseppe Tornatore. Italia, 1989) e interpretó un personaje similar en “Los chicos del coro” (Christophe Barratier. Francia, 2004), quizá nos vayamos centrando un poco.

Sin temor a equivocarme puedo decir que Jacques Perrin a lo largo de su actividad profesional logró convertirse en un referente dentro del mundo de la cinematografía europea. Desde sus comienzos en “Las puertas de la noche” (Marcel Carné. Francia, 1946) cuando tenía tan solo 5 años, el actor francés alcanzó renombre con su trabajo en “La muchacha de la maleta” (Valerio Zurlini. Italia, 1960) y continuó trabajando con los mejores cineastas de nuestro continente: Bolognini, Tavernier, Schoendoerffer, Costa-Gavras, Chabrol, Demy, Steno, Borowczyk, Annaud, Oury, Varda, … Pero su labor no se limitó a la interpretación, su amor por el cine le llevó a convertirse en productor de grandes éxitos tanto en la ficción con en el género documental, destacando sus trabajos en films comprometidos tanto con la situación social como el mundo de la naturaleza y el conocimiento. Produjo e interpretó “Z” (Costa-Gavras. Francia, 1969) que ganó el Oscar a la mejor película de habla no inglesa en ese mismo año; Produjo, escribió el guion y codirigió “Nómadas del viento” (Perrin, Michel Debats, Jacques Cluzaud. Francia, 2001) que narraba los viajes migratorios de las aves, “Océanos” (Perrin, Jacques Cluzaud. Francia, 2009), sobre la vida marina, o “Microcosmos” (Claude Nuridsany, Marie Pérennou. Francia, 1996), centrado en el mundo de los insectos, por el que obtuvo el Premio César al mejor productor.

En España trabajó a las órdenes de Angelino Fons en “La busca” (1966), adaptación de la novela homónima de Pio Baroja y una de las películas más destacadas del realismo crítico que imperaba en el cine español de la década.

Angelino Fons, aunque madrileño de nacimiento, se crio en Orihuela, donde se trasladó con su familia en 1940. Estudió en el Colegio Santo Domingo de donde pasó a iniciar la licenciatura de Filosofía y Letras en la Universidad de Murcia y dirigir el cine-club de la ciudad.

El director y guionista español destacó por sus adaptaciones literarias: “Fortunata y Jacinta” (1969), “Marianela” (1972), ambas según las obras de Benito Pérez Galdós o “Emilia… parada y fonda” (1976) con guion de la propia autora de la novela, Carmen Martín Gaite.

Es mucha la conexión que establezco entre ambos cineastas y mi propia persona. Si alguien quiere saber algo de mí, y no se atreve a preguntar –que diría Woody Allen- no tiene más que ver “Cinema Paradiso”, ese pequeño y adolescente Salvatore es José Antonio Cayuelas Grau, y muchos otros niños y jóvenes que aman al cine, que viven el cine, que sueñan el cine. Cierto que no vivo del cine, como sí lo hacía Salvatore-Perrin de adulto, pero mi relación con él tampoco se ha quedado en la mera contemplación sentado en una butaca. Esa ilusión por el cine y un algo de suerte, me condujo, como a Salvatore-Perrin y a Angelino Fons, a codirigir junto a mi amigo y compañero Manuel García Pérez, unas sesiones de Cine-Fórum en Orihuela. En la primera temporada se programó “La busca” y en ella tuve la ocasión de compartir butaca y mantel con el hijo de Angelino Fons.

Por estas vidas, por este cine, creo que es justo recordar a estas personas que con su trabajo nos hacen soñar, y seguro que allá en el cielo, junto al entrañable Alfredo nos están esperando para seguir hablando, viviendo de cine. ¡Hasta luego!

Viernes, 22 de abril de 2022.                                                                                                                                                                                                                                                                                               José Antonio Cayuelas Grau

 

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1 comentario

  1. Tierno y entrañable artículo de José Antonio Cayuelas. Muchos somos los que seguimos enamorados de “Cinema Paradiso” e incluso, por que no, lloramos en algunas de sus escenas. El buen cine nos muestra la vida, los sentimientos, los sueños y los refleja en nuestro sentir respecto a la vida. Enhorabuena José Antonio por esa hermosa comparación final con la que me siento plenamente de acuerdo en tu amor por el cine. Si alguna vez, en la butaca de al lado te encuentras con algún rafaleño, ojalá sea yo, para poder compartir contigo tanto las emociones como los sueños con una copa de buen vino y una auténtica y mágica amistad.
    Gracias, amigo.

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