Rafal en el S. XVIII, según el geógrafo Bernardo Espinalt y García
Los documentos de Hemeroteca han sido facilitados por Pedro Maciá Castillo. Los comentarios históricos son de Alejandra Hernández.
Rafal en el S. XVIII, según el geógrafo Bernardo Espinalt y García
Tras la muerte de su hermano Fernando VI (Madrid, 1713 – Villaviciosa de Odón, 1759), Carlos III (Madrid, 1716 – 1788) se hizo cargo del Reino de España el 10 de agosto de 1759. Hombre culto e ilustrado, venía con mucha experiencia pues llevaba gobernando Nápoles y Sicilia veinticinco años. Su llegada supuso importantes innovaciones en el reino, como organizar una administración centralizada, llevar a cabo reformas en la Marina y el Ejército, ordenar cambios en la administración de las colonias, llevar a cabo infraestructuras hidráulicas, la unificación de la Justicia y los Tributos, así como la creación de un nuevo cuerpo de funcionarios para la Hacienda Pública, etc.
Con las reformas económicas y sociales que impulsa nacen por todo el reino sociedades económicas como la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, creada con su apoyo en 1775. En estas instituciones existe interés por conocer y analizar en profundidad todo el territorio español y sus socios ejercen para ello una importante labor de estudio e investigación que dará como resultado interesantes publicaciones como la de Atlante Español, obra de Bernardo Espinalt y García, funcionario y geógrafo español, nacido en Sempedor, pueblo de la comarca del Bagés en la provincia de Barcelona. Nos consta que Espinalt era hacia 1778 oficial del Correo General de Madrid y, seis años más tarde, era el Administrador principal del Correo de Valencia. Era asimismo socio de número de la Real Sociedad Económica Matritense y trabajó durante diecisiete años, entre 1778 y 1795, para sacar a la luz los catorce volúmenes que tiene su obra, dedicada a la “Descripción general geográfica è histórica de España, por reynos y provincias”, Editada en Madrid en esos años en la Imprenta de Pantaleón Aznar. El Tomo VIII lo dedica al “Reyno de Valencia”, donde encontramos un espacio dedicado a nuestro pueblo, Rafal, que nos ilustra y nos hace imaginar como era entonces esta pequeña villa, emblema del Marquesado de Rafal.
En este apartado, dice:
“La Villa de Rafal, cabeza del Marquesado de su nombre está situada á los quince grados y cincuenta y seis minutos de longitud, y treinta y ocho grados y quince minutos de latitud, en una deliciosa llanura, á la orilla meridional del río Segura. La habitan doscientos vecinos en una Iglesia Parroquial, con un Cura Parroco, y algunos Beneficiados. El terreno es llano aunque no dexa de haber algunos montes, en los que hay bastante caza menor; todo el está lleno de viñas, olivos, almendros, y moreras, y es fertil en trigo, cebada, almendra, aceyte, vino, seda, cañamo, y legumbres, su huerta es abundante de fruta, y hortaliza, y se riega con el agua de dicho río. Su Señor temporal es el Marqués de Rafal. A media legua de esta Villa están los Lugares de Benejusar, y Jacarilla, éste al oriente con cinquenta vecinos del que es Señor Don Ignacio Togores; y aquel al norte con trescientos y treinta Don Luis Rosell: ambos tienen su Iglesia Parroquial con un Cura Párroco, y sus términos producen los mismos frutos que el de esta Villa”
Fuente: Biblioteca Digital Hispánica
Muy buena introducción al documento, el cual nos habla de una riqueza de cultivos en la zona que tuvo que ser una delicia. Por desgracia ya no queda casi nada de ellos.
Muchas gracias Pedro Maciá y Alejandra por hacernos conocer un poco más nuestra historia.