Letras de cine: Obituario
“Antes de colgar su batuta definitivamente, el músico y director de orquesta italiano Ennio Morricone subirá por última vez a un escenario español en el Wizink Center de Madrid el próximo 8 de mayo”.
Así se anunciaba en 2019, previsiblemente, la última visita, de “facto”, del genial compositor romano a nuestro país.
El pasado 5 de junio se les concedía el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2020 a los compositores Ennio Morricone y John Williams reconociendo en ambos compositores el valor de la creación musical para el cine.
En ocasiones, el Olimpo de las Artes es muy caprichoso y hete aquí que Hades ha querido arrebatar al primero de los premiados la posibilidad de recoger su galardón.
Apenas un mes después de la proclamación de los premios, Ennio Morricone ha fallecido hoy, 6 de julio.
Su obra musical pasa desde este momento a ocupar los sonidos de la eternidad, si es que no la había hecho ya.
La narrativa de su música no ha tenido fronteras, libremente ha fluido por todo tipo de género cinematográfico al que se ha aplicado. En el crisol del pentagrama ha ido fundiendo toda la emoción, tensión y lirismo que requerían las imágenes que ilustraba.
No olvidando que Morricone puso sus notas musicales a disposición de intérpretes de canción ligera como Gianni Morandi, Jimmy Fontana, Charles Aznavour, Dalida y Paul Anka; su gran trabajo está relacionado con el cine y de ahí ha pasado a las partituras del sinfonismo.
Importante en su labor creativa ha sido la incorporación de instrumentos con un especial timbre que han contribuido a forjar su personalidad extendida por sus múltiples seguidores. No podemos evitar el quedarnos con los sonidos del silbido humano, el “marranzano” (arpa de boca), la armónica o el órgano tras ver en la pantalla cualquiera de las películas que configuran la llamada “trilogía del dólar” dirigida por Sergio Leone; nadie ha olvidado el oboe de “La misión” de Joffè. Una actitud emotiva y nostálgica la refleja en “Érase una vez América”, nueva colaboración con Leone; mientras que con “Cinema Paradiso” de Tornatore, se acerca al interior de los personajes con refinada elegancia.
Vaya con estas breves letras un sincero homenaje a este sublime músico cuya obra ha contribuido a llenar de estrellas mi universo musical.
Muchas gracias, señor Morricone.
José Antonio Cayuelas Grau